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Comunicado a favor del pueblo palestino

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Desde Mektub, como espacio de reflexión antirracista dirigido a la comunidad mora y musulmana, queremos condenar el genocidio que se está perpetrando sobre el pueblo Palestino por parte del Estado colonial y apartheid de Israel. Un asedio por aire, mar y tierra a Gaza (y a Cisjordania en cada vez mayor medida) que lleva cometiéndose desde 2006 y donde las ofensivas militares por parte del ocupante no han parado. Un genocidio que se construye sobre casi ocho décadas de expulsión y anexión del territorio palestino.

Así mismo, nos vemos en la obligación de mostrar nuestra rotunda repulsa a la campaña de manipulación mediática que se viene llevando acabo desde los medios de comunicación nacionales por su blanqueamiento y normalización de las políticas coloniales, del sistema de apartheid y de la aniquilación que está sufriendo el pueblo palestino desde 1948. Israel, a través de la construcción de asentamientos ilegales, ha ido colonizando y robando tierra palestina, destruyendo hogares y obligando mediante la violencia al desplazamiento forzoso de millones de familias palestinas.

Denominar “conflicto” o “guerra” a la masacre actual es un ejercicio de cinismo. No existe un conflicto Israel/Palestina entre iguales, existe un pueblo ocupado y ocupante.

Denominar “conflicto” o “guerra” a la masacre actual es un ejercicio de cinismo. No existe un conflicto Israel/Palestina entre iguales, existe un pueblo ocupado y ocupante, no hay dos ejércitos, solo hay uno y es el que perpetra un genocidio que está siendo retransmitido en directo al mundo. No hay igualdad de condiciones. Israel tiene un ejército de los más poderos del globo y está operando contra población civil sin protección, negándoles la libre circulación mediante checkpoints (cerca de 100 permanentes más otros temporales o improvisados que hacen que su enumeración sea complicada) , deteniendo a civiles sin derecho a letrado ni enjuiciamiento (10.000 niños y adolescentes palestinos han pasado por las prisiones israelíes en los últimos 20 años), bloqueando y paralizando los suministros de electricidad y agua en la franja de Gaza.

Crímenes de guerra y violaciones al derecho internacional que Israel ha ido cometiendo todos estos años sin ninguna consecuencia y con el beneplácito de EEUU y la Unión Europea. Ahora se habla del derecho a la legítima defensa de Israel como sinónimo de una barra libre para la masacre de civiles, cuando la proporción de muertos desde hace décadas es de un/a israelí por cada 20 civiles palestinos/as. Nadie habló ni habla del derecho del pueblo palestino a resistir. Mientras escribimos este texto nos aproximamos a las 6.000 personas palestinas asesinadas por los bombardeos, de los cuales cerca de la mita son niños y niñas.

La deshumanización y banalización de la vida del pueblo palestino es una acción directa de la política de ocupación israelí en la que se busca no sólo despojar a los palestinos de su tierra sino también de su derecho a la memoria histórica. La invisibilización de la cultura palestina es otra estrategia del sionismo para acabar con el pueblo palestino e impedir que se cree cualquier lazo cultural y por tanto de empatía con el resto del mundo.El asesinato de artistas y periodistas (como Shireen Abu Akleh el 11 de mayo de 2022) es una maniobra sionista para fortalecer su relato único. 

Una política que se ha agudizado en los últimos años coincidiendo con la elaboración de una imagen tolerante de Israel a través de construir  relaciones con ámbitos como la alta tecnología (entrenada siempre sobre los cuerpos de la población palestina y vendida por oficiales israelíes que al acabar su carrera militar se convierten en “empresarios de la seguridad”), la cultura, el colectivo LGTBI (PINWASHING) entre otros. Todo esto ha colaborado en la normalización de un Estado sionista que atenta contra la dignidad humana de miles de palestinos desde hace más de 70 años. El propio ministro de Defensa israelí lo expresó hace unos días en una lapidaria frase: “No habrá electricidad, ni comida, ni combustible, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y así procederemos”.

Que los principales mandatarios occidentales hayan corrido a fotografiarse y a abrazar al máximo mandatario israelí, Netanyahu, les hace corresponsables de la masacre. Es la hora de la población civil internacional para decir No en mi Nombre, reivindicar el cese del fuego y la matanza de civiles palestinos, no podemos ser cómplices del genocidio. Debemos impedir la muerte de más vidas palestinas y denunciar las ilegalidades continuadas del Estado de Israel. Reclamar la paz significa exigir el fin de la ocupación y el sistema de apartheid sionista.  El “conflicto” o “guerra” como tanto gusta llamarlo no empezó con Hamás, a quien el propio Nethanyahu reconocío como mal necesario para debilitar al pueblo palestino, Hamás es consecuencia de décadas de ocupación, desposesión y deshumanización.

Por último, queremos recordar que el pueblo palestino tiene derecho a resistir la ocupación ilegítima de sus territorios y tiene derecho a vivir con dignidad en ellos, la misma legitimidad que Europa lleva meses reconociéndole al pueblo ucraniano que lucha contra la invasión rusa. Como dijo el poeta palestino Mahmud Darwish : 

“Sobre esta tierra hay algo que merece vivir: sobre esta

tierra está la señora de la tierra, la madre de los comienzos, la madre de los

finales. Se llama Palestina. Se sigue llamando Palestina.”

¡PALESTINA LIBRE!

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